La cultura milenaria de los árabes nos ha dejado como herencia, entre otras cosas, el placer de relajarse fumando hookah. Si bien es cierto que en su origen árabe cada uno de los fumadores se maneja con su propia cachimba, la evolución hasta nuestros días ha devenido en un placer compartido.
Por ello, invitar a tus amigos a sentarse alrededor de una misma cachimba para fumar hookah puede considerarse desde hace algunos años como una de las tradiciones más conocidas y deseadas de los aficionados a esta estimulante y divertida práctica de ocio. Y, como toda relación entre anfitrión e invitados, la experiencia será más que satisfactoria si se tienen en cuenta estas sencillas normas de cortesía.